lo único que es para siempre es lo que se ha perdido...

era un domingo cualquiera, 3 de abril, llego al ascensor cansada, notaba casi congeladas las piernas por debajo del abrigo, debería haber cogido un taxi...o algo...pero sabia que si se quedaba parada habría sido peor, necesitaba estar activa, pero cruzar la ciudad era suficiente actividad por esa noche, demasiada actividad mental haber sufrido otra despedida cruel, esta vez lo había hecho mal de verdad...ya no eran capaces de tocarse si quiera
entro a casa despacio, sin ganas y comenzaron a caer todas las cosas al suelo, las llaves, el bolso, se quito el abrigo , los tacones al pisar le apuñalaban el cerebro una y otra vez, ya no quería oír sus pasos, se descalzo por el pasillo, sentía flotar su cuerpo mientras se dirigía a la cocina, cada movimiento traía a su mente cada una de las fracciones de segundo anteriores, cada gesto cada palabra...
abrió la nevera, la luz le cegó y pasaron por su mente todos aquellos platos que el realizaba con tanto esmero, se quedo mirando un buen rato, ya no tenia ganas de cenar
se deslizó hasta el salón, no era capaz de ir a la cama, se acurruco en el sofá, buscando cobijo con los pies helados entre los cojines, puso la tele y comenzo a cambiar compulsivamente de canal... no había nada, también la tele estaba vacía...
con el brillo de las luces de los distintos canales comenzo a pensar, estaba echada esperando una respuesta que sabia que nunca iba a llegar...intentando arreglar algo que no tiene solución, si se hubiera quedado no hubiera sido capaz de encarar esa situación tan tensa de decidir el momento de ir a la cama, la frase cruel que sabia que seria incapaz de pronunciar "me voy a la cama, vienes ?"...siguió tumbada mirando al vació que creaban los destellos de la tele en la pared, lo vio claro una vez mas "tengo miedo de que la costumbre sea mi enemiga del mañana....no me quiero enamorar..."

bajo los efectos de: Little heart attacks (The Sunday Drivers)