la segunda mentira...

domingo por la tarde, después de una de esas semanas que perfectamente podrían estar en la vida de cualquiera, esas semanas que si no estuvieran en la tuya no las echarías en falta
la idea le rondaba hacia tiempo: hay momentos para recordar y momentos para olvidar... luego están los momentos, cada vez mas, como los de esa semana de agosto: momentos de relleno
estaba ya cansado de ellos, quizás eran demasiados, siempre se había lamentado de su mala suerte al respecto, tantas ganas de hacer cosas, tanto tiempo para hacerlas y nadie para compartirlas, por que si, es cierto, la vida compartida sabe mejor, de eso estaba seguro aunque nunca la había compartido de verdad
yo le preguntaba una y otra vez como podía ser que extrañara algo que no había tenido nunca, nunca obtuve respuesta, supongo que su silencio era algo así como: pues es que dicen que esta bien...
el lo tenia claro, creía en la vida en compañía, estar con alguien servía para lanzar los miedos al vació, para limpiar de sangre seca las heridas, mantenía la esperanza en que seria ella la que un día llevara aquel velero por mejores aguas, la que indicara el camino correcto, sin vallas ni espinas, la que llenara los domingos vacíos, la que diera sentido a los momentos de relleno
cuanto mas me lo explicaba menos lo entendía ¿esperar que alguien cambie el rumbo nuestras miserables vidas?

bajo los efectos de: the day before (the wish)